LA CONSPIRACIÓN DE YUSTE
Víctor Fernández Correas
La Esfera de los Libros, 2008
La erradicación por parte del Santo Oficio de una comunidad herética surgida en Valladolid, una venganza fraguada a sangre y fuego y los últimos días de retiro del emperador Carlos V. Todos estos elementos confluyen en La conspiración de Yuste, ópera prima del escritor Víctor Fernández Correas, un autor que se inicia en el mundo de la novela con una obra de evidente y marcado carácter histórico y lo hace con excelente fortuna.
1558. El capitán flamenco Bertrand de Brugge es un oficial de los tercios de Flandes al que se le encomienda la seguridad del emperador Carlos V durante su retiro. El gobernante más poderoso del mundo, cansado y enfermo, ha delegado en su hijo Felipe II y trata de vivir en paz sus últimos días, retirado del mundanal ruido en el monasterio jerónimo de Quacos de Yuste. Simultáneamente, la semilla luterana prende en varias ciudades españolas, entre ellas Valladolid, donde, a instancias de Carlos V, es reprendida a sangre y fuego por el Gran Inquisidor Fernando de Valdés. En medio de múltiples detenciones, dos de los acusados de herejía logran huir de la ciudad y dirigirse hacia Yuste donde planean acabar con la vida de aquél que tanto perjuicio ha causado a su comunidad, circunstancia que el capitán de Brugge deberá impedir a toda costa.
El título de la obra puede prestarse a equívoco puesto que, aunque escrita en clave de ficción, el argumento de la obra remite más a la contextualización social y política de una determinada época en la historia de España que a una explosiva trama de carácter conspirativo —aunque ésta esté presente en el texto en todo momento—. A lo largo de sus páginas, uno se encuentra con la agradable sorpresa de que el autor, partiendo de un entramado de ficción tan atractivo como verosímil, ha llevado a cabo un elogioso ejercicio documental, casi de corte ensayístico, de impecable precisión, hecho poco frecuente en las actuales novelas históricas en las que los errores y las banalizaciones se encuentran a la orden del día. Fernández Correas realiza en esta novela un meritorio trabajo tras el que se oculta una cuidada —hasta en sus más mínimos detalles—, extraordinaria y precisa labor de ambientación y en la que resulta más que evidente el esfuerzo empleado con el fin de mostrarse lo más veraz posible en los planteamientos argumentales, descubriéndonos un escenario tan preciso como creíble. Y quizá, ese sea el principal, único y perdonable talón de Aquiles de la obra: que la extensa documentación, ambientación y descripción costumbrista reflejada en el texto, por profusa, tiende a lastrar en cierta medida el ritmo narrativo en lo relativo a la trama de intriga. Por lo demás, nos encontramos ante una excelente obra que hará las delicias no sólo de los aficionados a la novela histórica, sino también de todos aquellos entusiastas de la época de la historia de España en la que ésta transcurre. En definitiva, una obra notable que nos concede la ocasión de hacernos con el primer trabajo de un escritor que, sin duda alguna, dará que hablar en un futuro. Espero que no muy lejano.
Parque Coimbra, diciembre de 2008