UN DÍA DE CóLERA

Arturo Pérez Reverte

Alfaguara, 2007


En este país nuestro, tan aficionado al boato y los homenajes, resulta muy difícil obviar una tentación como la que se presenta en fechas próximas: el bicentenario del levantamiento contra la invasión francesa, chispa iniciadora del acontecimiento histórico conocido como Guerra de la Independencia. Quien más y quien menos no ha tardado en prestarse a preparar su particular conmemoración a tan señalada fecha. El escritor y académico Arturo Pérez-Reverte (Cartagena, 1951) tampoco ha querido faltar a la cita y lo ha hecho publicando su particular visión del asunto titulada Un día de cólera (Alfaguara, 2007), un libro centrado en la narración de las vicisitudes del pueblo de Madrid durante la jornada del Dos de Mayo de 1808.

Por fortuna, el autor ha decidido en esta ocasión prescindir —en mi opinión, con pleno acierto— del matiz liviano y jocoso que presidía otras obras suyas de carácter histórico como La sombra del águila o Trafalgar. Rayando la asepsia del estilo periodístico y empleando un tono y unos recursos muy cercanos al documental, Un día de cólera no es una obra de ficción ni tampoco un ensayo histórico sino una profusa y cuidada recreación novelada de lo acontecido en Madrid, prácticamente minuto a minuto, durante ese fatídico día. En ese sentido, uno de los innegables méritos de Un día de cólera consiste en la amplia y estricta documentación de la que su autor hace gala en todo momento y que unida al estilo ágil, enérgico y envolvente que suele caracterizar sus trabajos, le permite ir desgranando la secuencia de acontecimientos con una pulcritud y una destreza innegables. Partiendo de la multitudinaria naturaleza de los hechos relatados, Pérez Reverte apuesta por el desarrollo de un narración coral —en el más estricto sentido del término— donde tiene cabida un numeroso elenco de personajes —cercano a los cuatrocientos— cuyas historias son plasmadas sin extensión pero con minucioso detalle y en la que todas ellas se entrecruzan y confluyen en una especie de argamasa narrativa con la que el autor pretende mostrarnos, a partir de los matices de cada una de esas pequeñas tragedias personales, la dimensión global del acontecimiento. El enfoque asumido por el autor ha sido el de tratar de transmitirnos la relevancia del hecho a partir de la suma de sus diferentes elementos. Según su tesis —no exenta de veracidad—, ese día no tuvo lugar un levantamiento: tuvieron lugar centenares de minúsculas insurrecciones. No existen protagonistas absolutos, existen personajes más o menos relevantes. Y es el conjunto de todas esas pequeñas rebeliones, cada una con sus propias peculiaridades, el que dota al hecho de su posterior trascendencia y magnitud.

Por ese motivo, Pérez Reverte se impone en esta obra el homenajear de forma justa y detallada a todos y cada uno de los partícipes más relevantes sin embargo y aun admitiendo que el libro no es, en puridad, una obra de ficción sino una crónica novelada, esa circunstancia termina por lastrar en cierta medida el dinamismo del relato. No hay completa empatía con los protagonistas puesto que estos no existen en su forma más tradicional, no hay línea argumental salvo la descripción desnuda y sucesiva de acontecimientos, no hay evolución narrativa puesto que no hay trama definida. Y a pesar de que a través de dicho proceso, en su conjunto, Pérez Reverte es capaz de construir de forma solvente una obra de innegable interés —particularmente desde una perspectiva historiográfica—, la ausencia de determinados recursos narrativos inherentes a toda obra de ficción y a sus cánones y la excesiva redundancia de detalles y personajes, hacen que su lectura se torne en ocasiones algo monótona. Con todo ello no pretendo dar a entender que Un día de cólera sea una mala novela sino que, simplemente y para que nadie se lleve a engaño, no es una novela. Al menos, no al uso. Un día de cólera es una sugerente crónica cuya lectura resulta más que recomendable, un relato honesto escrito con manifiesto rigor y una inmejorable oportunidad de conocer de forma precisa y exhaustiva muchas de las circunstancias que rodearon uno de los episodios más interesantes de nuestra historia reciente. Que, visto lo visto y en los tiempos que corren, es más de lo que pueden ofrecer otros.

Parque Coimbra, febrero de 2008